Hace tiempo llegó a mi despacho un cliente con un problema. En este caso no se trataba de un problema fiscal, jurídico ó laboral, se trabaja de un problema del negocio en sí.

Te cuento lo que pasaba:

Esta empresa se encontraba en pleno cambio organizativo. Tienen un modelo de negocio B2B y estaban abriendo otra línea de negocio nueva dentro de su estructura.

A priori parecía que todo encajaba pero no terminaba de dar resultados, ya no económicos que sabemos que poco podemos hacer si el mercado no acepta un producto o servicio.

El cliente me hizo llegar el plan de negocio, lo revisé.

El plan de negocio era coherente, recogía todo lo que hacía falta para plasmar (el modelo de negocio, la financiación, marketing…) contaba con los recursos suficientes para llevarlo a cabo y un plan de acción delimitado en el tiempo mediante «deadline«

¿Qué podía fallar?

Pues había algo que podía fallar y falló.

Tras revisarlo todo en casa no terminé de dar con una posible solución.

Pasaron varios días y se me encendió la bombilla.

Meses atrás había dado con una infografía en Pinterest que no pude dejar pasar y la guardé, parecía una tontería pero una tontería muy lógica que en ese momento me vino bien.

Era un recuadro como este:

Se trata del modelo de Knoster que recoge los componentes del cambio organizacional.

5 componentes del cambio organizacional: el modelo de Knoster

Este modelo, recoge los 5 elementos del cambio organizacional y voy a analizar para que veas que pasa si falla alguno de estos componentes.

Los elementos son: visión, habilidades, incentivos, recursos y plan de acción

Ya sabemos que no podemos asegurar que el modelo de negocio que tenemos en la cabeza o un lienzo canvas funcione a la primera, ni a la segunda…

Pero podemos intentar hacer lo que esté en nuestra mano para hackear las probabilidades de que funcione. ¿Es un método científico el modelo de knoster? diría que no.

Es válido para pequeñas o grandes organizaciones, asociaciones o incluso para ti que eres autónomo o piensas serlo y quieres lanzar tu idea y vivir de ella.

Lo que sí que es seguro es que te va a ayudar a abordar algún problema que pueda tener tu negocio.

¡Vamos a ello!

Falta de Misión:

¿Qué es lo que pasa cuando no tienes una misión? El resultado de la falta de este elemento es que te lleva a la confusión.

Como pollo sin cabeza iría una organización que tiene todos los elementos menos la misión.

  • ¿Qué es lo que quiere hacer tu organización?
  • ¿Qué pretendes cambiar?
  • ¿Para qué has nacido?
  • ¿Qué vas a cambiar? o ¿Qué quieres cambiar?

No me digas que quieres ganar dinero, esa misión no me vale.

Si no puedes o no sabes contestar a esta pregunta lo mejor es que pares y pienses un poco más antes de seguir gastando dinero y recursos.

Hay que tener claro los objetivos de un proyecto y que todos los miembros de la organización los conozcan para que puedan remar en la misma dirección, que se alineen y centren sus esfuerzos en actividades que llevan hasta ese objetivo, esa misión.

Falta de habilidades:

¿Qué es lo que pasa cuando no tienes habilidades? El resultado de la falta de este elemento es que te lleva a la ansiedad.

Tienes un equipo con poca o ninguna experiencia en esa tarea encomendada. Es barato y acata ordenes pero no te va a servir.

Debes de dar formación a tu equipo para que adquiera las habilidades o montar un equipo nuevo con experiencia para que puedan desarrollar lo que pretendes.

Si cuentan con la formación suficiente no habrá fricción, la ausencia de esta limitará la tensión y evitará la ansiedad que causa la tensión.

¿Quiere decir esto que no puedes desafiar a tu equipo y encomendarle tareas para ver hasta donde llegan? o encomendarles puntualmente una tarea para la que no están preparado?

Ni mucho menos.

Puedes hacerlo, es más debes hacerlo para controlar los perfiles y hasta que punto están dispuestos a trabar contigo. Pero no esperes mantener esta situación mucho tiempo. Deberán ser ejercicios puntuales y delimitados en el tiempo.

Falta de incentivos:

¿Qué es lo que pasa cuando no tienes incentivos? El resultado de la falta de este elemento es que te lleva al cambio gradual.

En principio puedes pensar que este elemento no tiene mucha importancia ya que «cambio gradual» no significa «ausencia de cambio».

¿Qué tal la competencia en tu sector? ¿Es feroz? A no ser que te muevas en un monopolio – que lo dudo – la competencia siempre está al acecho.

El cambio no puede ser gradual, está prohibido en nuestro sistema, si vas lento te adelantan y te comen el terreno, no podemos relajarnos.

Bueno Ángel y… ¿Qué son o que pueden ser los incentivos?

Por incentivos podemos entender varias cosas pero reducido a la mínima deberíamos de pensar en algún beneficio para cada uno de los miembros del equipo.

Ya lo comentaba en otro post que el primer paso para un equipo involucrado es que las personas estén desarrollando los roles que les corresponden según su personalidad y su valía.

No hay mayor incentivo que el estar haciendo algo que te gusta dentro de una organización que te valora.

También estarán los incentivos económicos o de descanso que igualmente puedes introducir en tu estructura.

Con lo que verdaderamente tienes que quedarte es que si incluyes incentivos el cambio no será gradual será exponencial. Con lo que deberías de estudiarlo.

Falta de recursos:

¿Qué es lo que pasa cuando no tienes recursos? El resultado de la falta de este elemento es que te lleva a la frustración.

Todas las empresas y digo todas. Sean de donde sean, necesitan recursos.

Económicos, humanos…

¿Qué sucede cuando detectas una oportunidad pero no tienes dinero para invertir? Frustración.

¿Qué ocurre cuando un empleado tiene exceso de tareas y está realizando funciones de un 1.5 trabajadores? Frustración.

Para ello debemos de planificar y hacerlo semanas o meses vista para evitar encontrarnos con esta falta de recursos.

En negocios más estacionales es más sencillo de planificar, ya que sabemos cuando va a llegar esa necesidad extra de recursos.

En otros negocios más lineales con picos de trabajo puntuales será más difícil de planificar – aunque no será imposible – ya que podemos tener un plan de acción para el caso en el que este evento ocurra y ejecutarlo.

Cuenta siempre con una persona de confianza con la que trabajar, una persona externa a la que enviarle trabajo en momentos en los que ese pico pueda ocurrir.

Falta de plan de acción:

¿Qué es lo que pasa cuando no tienes un plan de acción? El resultado de la falta de este elemento es que te lleva al «falso comienzo».

Sin duda hay que aprender a establecer un plan de acción y a cumplirlo.

¿Porqué crees que los barcos de vela llevan timón?

Hay que dirigir el barco de alguna forma, de nada o de poco sirve contar con una visión de donde quieres ir, contar con la formación y las habilidades necesarias para cumplir tu misión, tener incentivos de un porcentaje del «botín» cuando lo consigamos, tengamos tiempo ganas, viento y buena mar si cuando empezamos a navegar no tenemos un comandante con un sextante y un timón para llegar a donde pretendemos.

Si dejamos que el viento nos empuje, llegaremos a algún lado – eso es seguro – pero para llegar donde queremos llegar necesitamos un plan de acción y cumplirlo.

Tener un plan de acción te da las herramientas para aprender a priorizar las ideas, también te enfrenta a posibles problemas que puedas encontrarte, adelantarte a ellos y solucionarlo antes de que aparezca el problema.

Sin un plan de acción un proyecto descarrilara.

Resumen:

Desde que descubrí la utilidad del modelo de Tim Knosters para la Gestión de Cambios Complejos no lo he dejado de usar ni de aconsejar.

Tienes que tomarlo como un marco para administrar el cambio.

Recuerda que hay cinco elementos para que un cambio sea efectivo y son:

visión, habilidades, incentivos, recursos y un plan de acción

Si falla solo uno de ellos posiblemente los esfuerzos fracasarán.